El Ébola no fue derrotado en África Occidental, aunque ya no sea la noticia central de los medios como hace unos meses. Y aunque muchos médicos creen estar mejor preparados para enfrentarlo, tal vez deban luchar contra un problema de recursos.
"La realidad de hoy es que si el Ébola golpeara en la escala que hizo en agosto y septiembre de 2014, apenas podríamos actuar mejor de lo que lo hicimos aquélla vez", dijo Joanne Liu, de Médicos Sin Fronteras (MSF), en el marco de una reunión del 13 de junio en Dakar, África.
Esa organización de ayuda informó que mientras que el virus se está propagando más lentamente que durante el mayor pico del año pasado y Liberia ha derrotado al brote, los casos han aumentado considerablemente en las últimas 2 semanas en Guinea y Sierra Leona.
Jerome Mouton, de MSF, declaró que existe un estado de "semi-negación" sobre el virus, algo similar a lo que ocurrió hace un año, y agregó que es probable que se produzca otro importante brote de la enfermedad. "Estamos en una situación demasiado optimista, diciendo que está casi terminado y no hay problema, pero en realidad sí lo hay, ya que existe la posibilidad de que se produzca de nuevo una gran epidemia", dijo Mouton.
Por su parte, las autoridades de Sierra Leona informaron que en la segunda semana de junio se produjo la mayor cantidad diaria de casos de Ébola de los últimos 3 meses, y ya estableció el toque de queda en las zonas afectadas.
En Guinea se registraron casos en distritos que ya estaban libres de la enfermedad en las últimas semanas, incluyendo la frontera con Guinea Bissau. "Hace un mes pensé que veríamos el final, pero hoy estoy menos optimista" señaló Mouton.
¿Los países poderosos y organismos han abandonado la ayuda para frenar el avance del Ébola? Los líderes del Grupo de los Siete (G7) se comprometieron recientemente a ayudar a acabar con la epidemia, pero no detallaron qué medidas concretas van a tomar. Y los médicos de MSF mostraron su descontento al respecto.
El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-moon, advirtió que todos los esfuerzos para frenar el brote del Ébola podrían disiparse si se deja esa tarea inconclusa, y sostuvo que las inversiones, las vidas perdidas y el riesgo que han debido afrontar los trabajadores humanitarios, serían en vano si el brote reaparece.
Hasta el momento, hubo 17,075 casos de virus de Ébola y 11,178 muertes por esa causa a nivel mundial, informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Codeándose con la muerte
Antes de que el virus del Ébola llegara a Freetown (Sierra Leona), la enfermera diatu Pujeh (Foto) y sus colegas del Hospital King Harman, pensaban que el paludismo era la enfermedad más difícil a la que se tenían que enfrentar. Sin embargo, en septiembre de 2014 apareció el Ébola, que infectó a Adiatu y mató a muchos de sus colegas, y todo cambió.
Tres colegas de Adiatu contrajeron el virus, los tres murieron. “Estaba muy nerviosa cuando se produjo el primer caso, y luego el segundo y el tercero. Teníamos todos una relación muy estrecha y entonces me mantuve especialmente alerta ante posibles signos y síntomas del Ébola y tuve un cuidado extremo en casa” comentó.
Muy pronto Adiatu también enfermó de Ébola. "Cuando ví que todos los días morían personas en mi misma situación y en mi misma sala, incluidos los trabajadores sanitarios, sabía que sería la próxima en morir. Estaba aterrada” dice en su historia pública del Centro de Noticias de la OMS.
Adiatu empezó a recuperarse poco a poco y, tras casi 2 meses en el centro de tratamiento, fue dada de alta en una alegre ceremonia televisada. “En ese momento sentía que había salido del corredor de la muerte”, expresó.
Al volver a su casa, se dio cuenta de que, aunque había superado la infección, tenía que hacer frente a otro aspecto del Ébola: la estigmatización.
Pero no se dio por vencida y como había sobrevivido a lo peor, Adiatu decidió ayudar a otras personas a vencer la enfermedad. Recibió capacitación especial para tratar a pacientes con Ébola y fue destinada al Centro de Tratamiento de Hastings, en Sierra Leona, donde ella misma había sido atendida.
“Volver a trabajar en ese establecimiento era para mí una oportunidad de devolver lo recibido. dijo Adiatu. “Mi historia da esperanzas de supervivencia a los pacientes enfermos” según su conmovedor testimonio.